lunes, 3 de octubre de 2011

HALLOWEEN -- EL ORIGEN

 LA HISTORIA Y ORIGEN DE HALLOWEEN 



Lo que hoy conocemos como la Noche de Brujas o Halloween se celebraba hacen más de 3000 años por los Celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Precisamente el 31 de octubre, los Celtas celebraban el fin de año con el Samhain, una fiesta pagana. Con la inmigración europea a los Estados Unidos, principalmente la de los irlandeses catolicos en 1846, llegó la tradición de Halloween al continente americano. Cuando se habla deHalloween o Día de las Brujas se piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y niños; pero la tradición indica que su celebración no siempre fue festival y alegre, y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter purificador y religioso.

Para el folklore, Hallowe’en, recuerda que es, en el hemisferio norte, el comienzo del año oscuro. Los celtas, como otros pueblos antiguos, empezaban los ciclos temporales por la mitad oscura: el día terminaba con la caida del sol y la jornada siguiente tenía su inicio con la oscuridad de la noche, el año nuevo comenzaba en esta fecha con el principio del invierno (boreal).


Un punto de vista interesante para tener en cuenta es que este festival se asociaba con el aire. Agua, fuego, tierra y aire no eran solo los elementos fundamentales de los griegos presocráticos, sino que como categorías de aprehensión de la realidad fueron de todos los indoeuropeos y también de muchas otras culturas.
Las otras festividades celtas eran: Ambiwolkà ("circumpurificacion"), hacia el primero de febrero, correspondía al agua. Belotenià ("fuego brillante"), que giraba en torno de los fuegos de primavera, el 1° de mayo, una fiesta aún celebrada el siglo pasado por los campesinos de Europa como la fiesta de los Mayos y hoy curiosamente reciclada en el día del Trabajo. Lugunàstadà ("matrimonio de Lugus") era la celebración del matrimonio sagrado del dios-rey Lugus con la Tierra el 1° de agosto. SAMONIS tenía que ver con el aire, es decir, con los espíritus....
El 31 de octubre es una fecha asociada con los muertos, las almas en pena, las brujas y los hechizos. Estas características se deben a su cercanía con el día de los difuntos, que originó la iglesia católica y que se conmemora el 1 de noviembre.  Como en otros festivales de año nuevo, en esta fecha los muertos volvían a estar entre los vivos. Los celtas hacían sacrificios humanos y de animales, en honor al dios Samhaím, señor de la muerte.
 Este día marcó la finalización del verano y la cosecha, y el comienzo del oscuro y frío invierno, momento del año que a menudo se asoció con la muerte humana. Los celtas creían que la frontera entre los mundos de los vivos y de los muertos se volvía incierta en la noche antes del Año Nuevo. La noche del 31 de octubre celebraban Samhain, fecha en la cual se creía que los espíritus de los muertos regresaban a la tierra. Para ahuyentar a estos malos espíritus, los celtas se vestían con cabezas y pieles de animales mientras que los sacerdotes de druida realizaban sacrificios con fuego para celebrar el día de un modo más cristiano
.
Después de que los romanos conquistaran la mayoría del territorio celta en el año 43 D.C., se incorporaron dos festivales de origen romano además de la tradicional celebración de Samhain. Durante cuatro siglos, Feralia fue un festival en el que se rendía culto a los muertos y Pomona fue el festival de la cosecha cuyo nombre se debe a la diosa de los frutos (manzanas) y árboles.
Durante la ceremonia del 31 de octubre los celtas se disfrazaban con las pieles de los animales sacrificados para sacar del pueblo a los demonios que los visitaban y poder regresar a la normalidad al día siguiente. Con las cenizas y restos de los sacrificios hacían un rito para conocer el futuro de los siguientes meses.
Así mismo, se celebraba el "sabbath" o fiesta de brujas. En ella, las brujas y brujos se reunían para ofrecer sacrificios a Satanás, señor de la muerte, mediante ritos, actos sexuales y muerte. En la Edad Media se quemaban gatos negros por creerlos amigos de las brujas.
En Estados Unidos comenzaron a celebrar esta fecha las pequeñas comunidades de irlandeses católicos a mediados del siglo XIX, ya luego entrado el siglo XX ( el de la comercialización ) se esparció la tradición al resto del planeta, entre ellos Puerto Rico.

Los Druidas eran satanistas que alababan y servían al dios de la muerte Samhain (pronunciando Sa-ma). Estos sacerdotes satánicos literalmente controlaban la vida de las personas a través de un mecanismo de temor, mucha muerte, enfermedades y destrucción les sobrevino a los Celtas como resultado de los Druidas y sus prácticas.
Cada año, el 31 de octubre, los Druidas celebraban la noche del Samhain, mejor conocido como el festival de la muerte, el que es reconocido actualmente por los satanistas.
Antón Lavey, autor de la “biblia satánica” y gran sacerdote de las iglesias satánicas, dice que existen tres días importantes para los satanistas: su cumpleaños, el 30 de abril y el día mas importante: Halloween. Añade que es en esa noche en la que los poderes satánicos llegan a su nivel máximo, y cualquier brujo u ocultista que haya tenido dificultad con hechizos o maldiciones puede alcanzar éxito en sus conjuros durante esa noche.
El 31 de octubre es el comienzo de un nuevo año para la brujería. La enciclopedia Word Book dice que este es el inicio de todo lo “frió, oscuro y la muerte”.


DULCE O TRAVESURA
Los sacerdotes Druidas iban de casa en casa demandando todo tipo de comidas extrañas para su propio consumo y para ofrecerla después en el festival de la muerte. Si la gente se negaba
a sus demandas hablaban una maldición demoníaca sobre el hogar, y la historia cuenta que alguien de esa familia moría en transcurso del año.

LA CALABAZA
Hace muchos, muchos años, un tacaño y pendenciero irlandés, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en una taberna, en la Noche de Brujas. Jack, conocido borracho, había bebido mucho pero pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. El diablo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack rápidamente la tomó y la puso en su monedero. Como Jack tenía una cruz en su monedero, el diablo no pudo volver a su forma original. Jack no dejaría ir al diablo hasta que le prometiera no pedirle su alma en 10 años. El diablo no tuvo más remedio que concederle a Jack su reclamación.


 Diez años más tarde, Jack se reunió con el diablo en el campo. El diablo iba preparado para llevarse el alma de Jack, pero Jack pensó muy rápido y dijo: "Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor?". El diablo pensó que no tenía nada qué perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que el diablo se diese cuenta, Jack ya había tallado rápidamente una cruz en el tronco del árbol. Entonces el diablo no pudo bajar. Jack le obligó al diablo a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. Al diablo no le quedó más remedio que aceptar.Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había sido un golfo, borracho y un estafador. Pero cuando intentó entrar, por lo menos, en el espantoso infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tomar su alma (lo había prometido). "¿Adónde iré ahora?", preguntó Jack, y el diablo le contestó: "Vuelve por donde viniste". El camino de regreso era oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada. El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente del infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en un nabo que iba comiendo, para que no se apagara con el viento. Jack estaba condenado a vagar en las tinieblas eternamente.....

Los pueblos de origen céltico, como mandaba la tradición ahuecaban nabos y ponían carbón en ellos para iluminar el camino de regreso al mundo de los vivos a sus difuntos más queridos y así les daban la bienvenida, a la vez se protegían de los malos espíritus. Pero cuando los irlandeses llegaron a América, conocieron las calabazas y se dieron cuenta de que estas eran mucho más grandes y fáciles de ahuecar que los nabos, desde ese tiempo que ninguna persona ha crecido sin conocer un Jack-o-lantern, el tenebroso candil de Jack.

Cuando esta practica vino a América, en los siglos XVIII y XIX, los nabos no eran conocidos, pero si tenían un vegetal nativo: LA CALABAZA.
El nombre dado al espíritu que habitaba en el nabo era “Jock” y al llegar a América cambio a “Jack” quien vive en la linterna. Todo esto llego hasta nosotros vía los Estados Unidos.


Trick or Treat: Los niños y aquellos que no lo son tanto se disfrazan, a la vez que entre ellos compiten por ver cual es el disfraz más horroroso de todos, y van de casa en casa concediendo el famoso ultimátum “trick or treat” ( truco o trato ). Conoce el origen y el significado de esta famosa expresión, sin duda la favorita de los niños en la noche de Halloween.


Dulces (sweets): 

Otra costumbre muy arraigada en Halloween es la de pedir y comer dulces. Según parece la tradición comenzó en Europa en el siglo IX cuando, cada 2 de noviembre (Día de todas las Almas, Day of All Souls), los cristianos iban de pueblo en pueblo pidiendo "tortas de alma" (soul cakes) que eran pedazos de pan dulce. Cuantas más “soul cakes” recibían, más prometían rezar por la paz de los familiares fallecidos de los que les daban tal limosna. Con el tiempo esta costumbre se fue fusionando con la fiesta de Halloween hasta convertirse en otro rasgo típico de la celebración.
QUE SIGNIFICA HALLOWEEN?

Cuando el emperador Constantino decretó que los habitantes de su imperio se convirtieran al cristianismo, muchos ritos paganos se introdujeron. Fue así como el festival de Samhain se infiltro.
Ante la imposibilidad de abolir completamente las fiestas paganas, la iglesia decidió santificar algunas de ellas. En el siglo IX el Papa declaro el 1 de noviembre como el día de todos los santos, en honor a todos los martirizados. La misa que se decía en el día de los santos es el “All hallowmas” y con los años se convirtió en All Hallows Eve, All Hallowed Eve y finalmente Halloween.
Sin embargo, la gente no dejo sus ritos paganos ni dejo de alabar a los demonios. Lo que fue en un principio sigue siendo, Halloween es un dia que promueve lo frio, lo oscuro y la muerte.

HALLOWEEN     EN    HOLLYWOOD

** NOSFERATU ***


Nosferatu (1992), es la primera película de vampiros que existe fue estrenada en 1922 basándose en la novela de Bram Stoker "Drácula", en la película ninguno de los nombres coincide con lo de la novela por que en aquel año el copyright seguía vigente, pese a esto la viuda de Stoker denuncio al director F W Murnau (las principales razones con las que se especula es que la viuda no vio un duro de la película) y el juicio lo ganó la buena señora (la viuda de Stoker), y la mayor parte de las películas fueron quemadas, salvo unas pocas que sobrevivieron y gracias a esto hoy día podemos ver esta gran película, que aunque es en blanco y negro y es muda, es mejor que muchas de las películas actuales de esta temática.



**FRANKENSTAIN **
“Frankenstein” es una de las obras góticas más notables de Mary Shelley, autora de sólo 20 años. La novela se convirtió de inmediato en un éxito de crítica y del público. La historia de Victor Frankenstein, un joven suizo, estudiante de medicina, se basa en su obsesión por conocer los secretos del cielo y la tierra. En su afán por desentrañar “la misteriosa alma del hombre”, Víctor crea un cuerpo a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados. El experimento concluye con éxito cuando Frankenstein, rodeado de sus instrumentos, infunde una chispa de vida al monstruoso cuerpo.

Mary Shelley fue una narradora, dramaturga, ensayista, filósofa y biógrafa británica, reconocida sobre todo por ser la autora de la novela gótica Frankenstein o el Moderno Prometeo en 1818. La obra explora temas tales como la moral científica, la creación y destrucción de vida y la audacia de la humanidad en su relación con Dios. Ninguna de las obras posteriores de Mary Shelley alcanzó la popularidad o la excelencia de esta primera, pese a que escribió otras cuatro novelas, varios libros de viajes, relatos y poemas.

THE WOLFMAN  -- EL HOMBRE LOBO

En el cine los hombres lobo han sido muy representados, formando parte de los espantajos más célebres de todos los tiempos (junto a los vampiros, los zombis, el monstruo de Frankenstein y las momias). La primera película que utilizó un hombre-lobo antropomorfo fue Werewolf of London de 1935 ( no confundirse con la película de 1981 de título similar), con lo que estableció el canon de que el hombre lobo siempre mata a lo que él mas ama. El hombre -lobo de esta película era un apuesto científico londinense que conservó algo de su estilo y la mayoría de sus características humanas después de su transformación. El género también fue popularizado por la clásica película de los estudios Universal The Wolf Man (1941), compuesta por Lon Chaney Jr. como el hombre lobo Larry Talbot. Esta película contiene la ahora famosa rima: Even a man who is pure in heart / And says his prayers at night / May become a wolf when the wolf-bane blooms / And the autumn moon is bright. (Incluso un hombre que es puro en corazón / y dice sus rezos en la noche / Puede convertirse en un lobo cuando la belladona (o «azote de lobos») florece / Y la luna de otoño brille).Esta película se acredita a menudo como la que originó varios aspectos de la leyenda que se diferencian del folclore tradicional (incluyendo invulnerabilidad a armas que no son de plata, el contagio, y la asociación con la luna).

THE MOMY 


La momia (1932), dirigida per Karl Freund y Zita Johann, dentro del ciclo La Finestra Indiscreta. 



En el año 1921 una expedición del Museo Británico encuentra en Egipto una momia y un misterioso papiro que termina concediéndole la vida. Once años más tarde, en 1932, otra expedición parece haber fracasado en su intento de lograr algún vestigio de valía.
Cuando están a punto de marcharse aparece en escena un extraño personaje llamado Ardath Bey (Boris Karloff), el antiguo Imhotep, un sacerdote del Antiguo Egipto que fue enterrado vivo por haber amado a la princesa Anck-es-en-Amon (Zita Johann).

Karl Freund fue uno de los grandes fotógrafos de la historia del cine, pieza clave en películas míticas de gente como Fritz Lang, Tod Browning o F. W. Murnau. Su trabajo como director es escaso pero valioso, así lo manifiesta este clásico título de la Universal producido por Carl Laemmle, “La Momia”, en donde el mito egipcio alcanzó elevadas cotas de lirismo con su sentido etéreo y refinado de la narración, de la atmósfera hechizante y de la exhibición sugerente de un romanticismo mágico envuelto en sombras y misterio captado por una cámara templada y móvil, de desplazamientos elegantes.

OTROS SERES DE TERROR 

he aqui los que tu ya conoces , Los Clasicos del Terror y esta claro que no tengo que contarte la historia ...checa las imagenes nomas :

"A Nightmare on Elm Street" ----Frederick Charles Krueger, o  FREDY CRUGER
1, 2 , 3 , 4 .... él viene por tí .... sweet dreams 


FRYDAY 13  --- JASON VOORHESS


HALLOWEEN ---MICHAEL MYERS

en mi infancia miraba a Myres bien guapo 


Trick´r Treat ....Dulce o Truco??

Esta es una pelicula que hay que ver desde el principio ya que son historias den tro de una misma......en lo personal me encanto ese niño Sam " El niño Cabeza de Calabaza" 










































continuará.....talves 


lunes, 12 de septiembre de 2011

Gabriela Erzsébet (Elizabeth) Báthory-Nadasdy, "La Condesa Sangrienta"





Nació en 1560 en Nyírbátor, Hungría. Su familia célebre y distinguida pertenecía a la aristocracia, su primo era Primer Ministro, y su tío Rey de Polonia, entre varios otros príncipes de Transilvania.

Los Báthory descendían de un poderoso clan de los hunos y comenzaron a ganar relevancia a partir de mediados del siglo XIII. Abandonando sus costumbres tribales, la familia adoptó el nombre de sus estados como apellido (Bátor significa, de hecho, «valiente»). Su poder e influencia iría





A diferencia de la mayoría de mujeres (y hombres) de su tiempo, Erzebeth había recibido una buena educación y su cultura sobrepasaba a la de la mayoría de los hombres de entonces. Era excepcional; su amigo Andrei de Kereshtur, en sus Crónicas, relata:

"Hablaba perfectamente el húngaro, el latín y el alemán, mientras que la mayoría de los nobles húngaros no sabían ni deletrear ni escribir (...) hasta el Príncipe de Transilvania era prácticamente analfabeto".


A los quince años, en 1575, casó con Franz Nádasdy, que entonces contaba veintiséis años de edad. La ceremonia tuvo lugar con gran lujo en el castillo de Vranov nad Toplou.

Nacida en Nyírbátor el 7 de agosto de 1560, pasó su infancia en el castillo de Ecsed. Se dice que a los 4 ó 5 años de edad la pequeña Elizabeth sufrió de violentos ataques; puede que padeciera epilepsia o alguna otra enfermedad neurológica. Pero remitieron cuando aún era pequeña, por lo que no está claro que tuviesen nada que ver con su comportamiento posterior. En general fue una niña buena, dulce y aplicada que se preparaba para ocupar su puesto entre la nobleza de Transilvania. No se le recuerda por manifestar un especial interés en las habituales ejecuciones de delincuentes y traidores que tenían lugar frente al castillo, excepto aquella vez que, cuando ella tenía nueve años, ajusticiaron a un gitano acusado de vender a su hija a los turcos mediante el procedimiento de encerrarle en las tripas de un caballo muerto. Tanto el populacho como la nobleza congregada para el espectáculo lo celebraron con grandes risotadas, y la propia Elizabeth se levantó muy temprano para no perdérselo porque le hacía mucha ilusión.




 Como era corriente en la época, a los once años fue prometida al Conde Ferencz Nádasdy de Nádasd y Fogarasföld, que sólo le doblaba la edad. Un año después, la enviaron a vivir en el castillo de los Nádasdy, para que fuera conociendo a su nueva familia. Nunca hizo buenas migas con su dominante suegra, Úrsula, matriarca del clan; al parecer, la joven Báthory hacía valer el rango superior de su apellido con una frecuencia que enojaba a la Nádasdy. A los trece años se quedó embarazada de uno de sus sirvientes. Lo normal: el muchachito fue castrado y arrojado a los perros, y Elizabeth enviada a otro remoto castillo familiar para que pariera. Allí dio a luz en 1574 a la única hija que llevaría su apellido: Anastasia Báthory. 

 A diferencia de la mayoría de mujeres (y hombres...) de su tiempo, Elizabeth había recibido una buena educación y su 
inteligencia sobrepasaba a la de la mayoría. Era excepcional, "hablaba perfectamente el húngaro, el latín y el alemán, mientras que la mayoría de los nobles húngaros no sabían ni deletrear ni escribir [...] hasta el Príncipe de Transilvania era prácticamente analfabeto". Algunos de sus contemporáneos y ciertos investigadores modernos han concluido que debía estar loca, pero si descontamos los asesinatos, cada detalle de su vida nos muestra a una persona muy inteligente e incluso sensible, totalmente al control de sus facultades mentales.
 A los 15 años, en 1575, casó con Ferenc, que entonces contaba 26 años de edad. La ceremonia tuvo lugar con gran lujo en el castillo de Varanno; incluso se invitó al Emperador Maximiliano II, pero no pudo acudir. Fue Ferenc quien adoptó el apellido de soltera de su esposa, mucho más ilustre que el suyo. Se fueron a vivir al castillo de Csejte (Čachtice), en compañía de su suegra Úrsula y otros miembros de la casa. La verdad es que el joven Conde no se pasaba mucho por allí: la mayor parte del tiempo estaba combatiendo en alguna de las muchas guerras de la zona, lo que le mereció el apodo de Caballero Negro de Hungría. Durante esos periodos de soledad un sirviente del castillo, Thorko, introdujo a la joven Elizabeth en las artes ocultistas. También pasaba largas temporadas en casa de su tía Karla, bisexual y sadomasoquista. Se dice que incluso llegó a ausentarse algún tiempo con un extranjero encapuchado. Cuando volvió, su marido (que había regresado mientras tanto de una de sus batallas) la perdonó pronto.


La Bruja Darvulia ----Representa el control bajo el cual estaba La Condesa---segun sus allegados


Es a su regreso que Elizabeth comienza a torturar a las muchachas que le sirven con cualquier excusa, ayudada por Thorko y dos brujas de la zona llamadas Darvula (o Darvulia) y Dorottya Szentes, mujer de gran tamaño y poderío físico. Como disciplina corriente, las hacía colgar de los tobillos y les propinaba palizas con un pesado bastón, les colocaba púas en los labios de la boca y de la vulva, las quemaba con antorchas o les hacía salir desnudas a la nieve empapadas de agua, en invierno; o cubiertas de miel, en verano, para que les atacasen los grandes insectos de la zona. Cuando se trataba de disciplinar a un varón, en cambio, delegaba la labor en el leal Thorko, quien solía solventar la cuestión sacando la piel del desdichado a tiras con un látigo de puntas de hueso. Quien durante el castigo manifestara algo distinto de la más absoluta sumisión y aceptación del mismo, fuera hombre o mujer, podía irse preparando para discutirlo con unos inquietantes alicates de plata que la condesa había encargado a un orfebre local, manejados personalmente por ella. Debe observarse que torturar a los siervos por sus errores era una práctica habitual en la época, algo que se daba por supuesto: no hay nada de extraño o inusual en estos castigos. Pero Elizabeth comenzó a poner mucho celo en la educación de las muchachas más jóvenes, y sus colaboradores también. A una chica que hablaba mucho, hizo que le cosieran la boca. Otra que hizo un comentario comparativo entre sus pechos y los de Elizabeth, creyendo que ésta no se enteraría, se vio colgada por los mismos durante una semana; tras descolgarla, hubo que amputárselos. Una camarera que tenía fama de excesivamente coqueta y disoluta fue obligada a sentarse en una parrilla al rojo vivo. A su suegra Úrsula esto no le parecía ni bien ni mal, más sólo por hacerle la puñeta a Elizabeth, protegía a algunas de las chicas por el procedimiento de castigarlas ella, con extremo rigor -no era raro pasar la noche en el cepo con cincuenta bastonazos en el cuerpo- pero sin el sadismo que iba caracterizando a la joven condesa.


Ferencz e Elizabeth apenas se veían debido a las actividades guerreras del primero, así que no fue hasta 1585, diez años después de su matrimonio, cuando la condesa tuvo a su primera hija legítima: Anna Nádasdy. En los nueve años siguientes dio también a luz a Katherina Nádasdy y dos niños que murieron en la infancia (Úrsula y Miklos). Finalmente, en 1598, alumbró a su único hijo superviviente, Pablo (Pál) Nádasdy de Nádasd y Fogarasföld. En base a las cartas que escribía a sus familiares, podemos deducir que Elizabeth era una buena esposa y una madre protectora. Algo que no resulta sorprendente dado que los nobles trataban a su familia cercana de una manera muy distinta a como trataban a las clases inferiores: los siervos y campesinos En la gélida mañana del 4 de enero de 1604, el Caballero Negro de Hungría murió de súbita enfermedad durante una de sus batallas y dejó viuda a Elizabeth, que contaba 44 años. Es aquí cuando comienzan las verdaderas atrocidades. Para empezar, despidió a su muy odiada suegra del castillo, junto con el resto de la parentela Nádasdy; las muchachas a las que ésta protegía fueron llevadas a los sótanos y allí recibieron por fin los castigos que, en opinión de Elizabeth, se merecían. Dicen que los alaridos se escucharon durante una semana. Se cree que a estas alturas la Condesa ya se había sumado a algunas formas de hechicería, acudiendo a rituales donde se sacrificaban caballos y otros animales. La edad no perdona, y a principios del siglo XVII menos: una mujer de 44 años se acercaba peligrosamente a la ancianidad (eso de llegar a los 80 es patrimonio casi exclusivo de nuestros tiempos). Por otra parte, los múltiples partos le habían estropeado el cuerpo, y puede que presentara problemas de obesidad. Parece que la vejez y la fealdad aterrorizaban y obsesionaban a Elizabeth.

Entre 1604 y 1610, los agentes de Elizabeth se dedicaron a proveerla de jóvenes para sus rituales sangrientos. En un intento de mantener las apariencias, convenció al pastor protestante local para que sus víctimas tuviesen entierros cristianos respetables. Cuando la cifra comenzó a subir, éste comenzó a manifestar sus dudas: morían demasiadas chicas por "causas misteriosas y desconocidas". Así es que ella le amenazó para que mantuviese la boca cerrada y comenzó a enterrar en secreto los cuerpos desangrados. Le ayudaba en su tarea un hombretón un poco retrasado, llamado Ficzko, que compensaba con corpulencia y fuerza física las luces que le faltaban, y otra joven llamada Helena Jo, quien protegía su vida ayudando a quitar la de las demás. 
  Por la misma época, su hermano Stephen XII Báthory dio apoyo a un noble de Transilvania que se había sublevado contra el Emperador de los Habsburgo, que también controlaba Hungría. Poco después Gabor Báthory, cruel, alcohólico y playboy, se convirtió en Príncipe de Transilvania, con el apoyo económico de la riquísima Elizabeth. Esto la ponía en peligro directo de ser acusada de traición por el Rey. Viuda como era, se vio más vulnerable y aislada que nunca. Fue por aquél entonces cuando tomó la costumbre de quemar los genitales a algunas sirvientas con velas, carbones y hierros por pura diversión, o quizá para liberar ansiedad. También generalizó su práctica de beber la sangre directamente mediante brutales mordiscos en las mejillas, los hombros o los pechos. Para estas cuestiones privadas se apoyaba en la fuerza física de Dorottya Szentes, que aunque ya mayor, seguía siendo muy capaz de inmovilizar a cualquier joven en la posición requerida. 

En 1609 Elizabeth, quizás debido a todo este stress, cometió el error definitivo que acabaría con ella: utilizando sus contactos, empezó a aceptar niñas y adolescentes de buena familia para educarlas en los usos cortesanos. Como no podía ser menos, algunas de ellas comenzaron a morirse pronto por las mismas "causas misteriosas y desconocidas". Esto no era raro en la Edad Media, con sus elevadísimas tasas de mortalidad infantil y juvenil, pero en el "internado" de Čachtice el número de fallecimientos era demasiado alto. Ahora las víctimas eran hijas de la aristocracia menor, por lo que comenzaron los rumores. La vieja bruja Darvulia le habría prevenido que nunca tomara nobles, pero esta anciana había fallecido algún tiempo atrás. Fue su amiga Erszi Majorova, viuda de un rico granjero que vivía en la cercana localidad de Milova, quien convenció a la condesa de que no pasaría nada. 


  Es que por aquél entonces, era ya vox populi en la comarca que algo muy siniestro ocurría a las muchachas que "entraban a servir" en el castillo de Csejte. Hacia el final, ocultaron muchos cuerpos en lugares peligrosamente insensatos, como campos cercanos, silos de grano, el río que corría bajo el castillo, incluso el jardín de verduras de la cocina... Es probable que en medio de su orgía de poder y sangre, Elizabeth y sus acólitos perdiesen el sentido de la realidad; pese a la brutalidad de los tiempos, ya no vivían en la época de su antecesor Vlad III Draculae El Empalador, y además ahora se implicaba a hijas de la nobleza.


  Finalmente, una de las víctimas logró escapar antes de que la matasen e informó a las autoridades religiosas de lo que se cocía en el castillo. Si una de las sirvientas hubiese tratado de hacer lo mismo, se la habrían devuelto a su dueña apaleada y cargada de cadenas. Esto era algo que había ocurrido varias veces en el pasado; por ejemplo, en el otoño de 1609...
  "...una joven de doce años llamada Pola logró escapar del castillo de algún modo y buscó ayuda en una villa cercana. Pero sus ayudantes se enteraron de dónde estaba gracias a los alguaciles, y tomándola por sorpresa en el ayuntamiento, se la llevaron de vuelta al Castillo de Čachtice por la fuerza, escondida en un carro de harina. Vestida sólo con una larga túnica blanca, la condesa Elizabeth le dio la bienvenida de vuelta al hogar con amabilidad, pero llamaradas de furia salían de sus ojos. Con la ayuda de Ficzko y Helena Jo, arrancó las ropas de la doceañera y la metieron en una especie de jaula. Esta particular jaula estaba construida como una esfera, demasiado estrecha para sentarse y demasiado baja para estar de pie. Por su [cara] interior, estaba forrada de cuchillas del tamaño de un dedo pulgar. Una vez la muchacha estuvo en el interior, levantaron bruscamente la jaula con la ayuda de una polea. Pola intentó evitar cortarse con las cuchillas, pero Ficzko manipulaba las cuerdas de tal modo que la jaula se balancease de lado a lado, mientras que desde abajo Helena Jo la punzaba con un largo pincho para que se retorciera de dolor. [...] [El tormento] terminó al día siguiente, cuando las carnes de Pola estuvieron despedazadas por el suelo"



  Pero ahora la fugitiva era una de las jóvenes aristócratas a las que Elizabeth educaba, así que le hicieron caso. A través del obispado, la denuncia llegó a la Casa Real. El Rey Mátyás de Hungría -que desde hacía algún tiempo le buscaba las vueltas a la condesa con el tema de la traición y también tenía el ojo puesto en sus extensos dominios- ordenó a un primo de Elizabeth enemistado con ella, el conde György Thurzo, que tomara el lugar con sus soldados y realizara una investigación. Dado que la Señora de Báthory carecía de fuerza militar propia, no habría resistencia. 

 Lo cierto es que no tuvieron que profundizar mucho en su investigación. Cuando György y sus hombres entraron en el castillo de Csejte, el 30 de diciembre de 1610, lo primero que vieron fue a una sirviente en el cepo del patio, en estado agónico debido a una paliza que le había fracturado todos los huesos de la ingle. Esto era práctica corriente y no les llamó la atención, pero al acceder al interior se encontraron a una chica desangrada en el salón, y otra que aún estaba viva aunque le habían agujereado el cuerpo. En la mazmorra encontraron a una docena que todavía respiraba, algunas de las cuales habían sido perforadas y cortadas en varias ocasiones a lo largo de las últimas semanas. De debajo del castillo exhumaron los cuerpos de 50 muchachas más. Y el diario de Elizabeth contaba día por día sus víctimas, con todo lujo de detalles, hasta sumar el fabuloso total de 612 jóvenes torturadas y asesinadas. Por todas partes había toneles de ceniza y serrín, usados para recoger la sangre que se vertía tan pródigamente en aquel lugar. Pese a eso, todo el castillo estaba cubierto de manchas oscuras y despedía un tenue olor a charcutería.
  En 1612 se inició el juicio en Bitcse. Elizabeth se negó a declararse inocente o culpable, y no compareció, acogiéndose a sus derechos nobiliarios. Quien sí lo hizo, por las bravas, fueron sus colaboradores. Johannes Ujvary, el mayordomo, testificó que en su presencia se había asesinado como mínimo a 37 "mujeres solteras" de entre nueve y veintiséis años; a seis de ellas las había reclutado él personalmente para trabajar en el castillo. De todos modos, la acusación se concentró en los asesinatos de jóvenes nobles, pues los de las siervas carecían de importancia. En el juicio se supo que la mayoría de las chicas fueron torturadas durante semanas e incluso meses. Las cortaban con tijeras, las perforaban con gruesas agujas, las azotaban con látigos cuyas puntas terminaban en ganchos y cuchillas, e incluso las manipulaban con hierros candientes en el interior de la jaula llena de púas que se había estrenado con Pola; todo ello para que la Condesa tomara su refrigerio de sangre varias veces al día, utilizara el fluido vital como crema rejuvenecedora al levantarse y al acostarse, y recibiera una ducha cada semana, como mínimo. También comía ocasionalmente su carne. Puede que en ocasiones muy puntuales se diera también algún baño, pero llenar una bañera requería de la sangre de demasiadas víctimas, por lo que debía ser algo excepcional. Si alguna donante se portaba mal y no cooperaba con la extracción, tenía ocasión de entablar también estrecha amistad con los afamados alicates de plata que Elizabeth manejaba en persona antes de pasar a la jaula esférica. Como hemos visto, la condesa era asímismo aficionada a arrancarles pedazos de carne a bocados, quemarles los genitales y ejecutar a algunas en la esfera de púas. Pero en el empalamiento, llevó la tradición familiar a nuevos niveles de sofisticación. 

Todos los seguidores de Elizabeth, excepto las brujas, fueron decapitados y sus cadáveres quemados; este fue el destino de Ficzko, por ejemplo. A Dorottya y Helena Jo les arrancaron los dedos con tenazas al rojo vivo "por haberlos empapado en sangre de cristianos" y las quemaron vivas. Erszi Majorova también fue ejecutada. Katarina Beneczky, que con catorce años era la más joven de las ayudantes de Elizabeth, salvó la vida por petición expresa de una superviviente: se le condenó a recibir cien latigazos en privado, y el destierro. La consecuencia fue una acusada cojera que le duraría toda la vida, aunque salvó el cuello.


 Pero la Ley impedía que Elizabeth, una noble, fuese procesada. Así es que la pusieron bajo arresto domiciliario... a la manera de la época. Tras introducirla en su mazmorra, los albañiles sellaron puertas y ventanas, dejando tan solo un pequeño orificio para pasar la comida. Finalmente el Rey Mátyás II pidió su cabeza por las jóvenes aristócratas que habían muerto a sus manos, pero su primo el Primer Ministro le convenció para que retrasara el cumplimiento de la sentencia de por vida. O sea, cadena perpetua en confinamiento solitario para Elizabeth. Esta pena implicaba también la confiscación de todas sus propiedades, cosa que, como ya dijimos, Mátyás venía buscando desde tiempo atrás.
  El 31 de julio de 1614 Elizabeth, de 54 años, dictó testamento y últimas voluntades a dos sacerdotes de la catedral del arzobispado de Esztergom. Ordenó que lo que quedaba de las posesiones familiares fuese dividido entre sus hijos. Mientras duró su encierro, los carceleros la espiaban por el agujero, dado que a su edad aún era una de las mujeres más hermosas de Hungría; ¡efectivamente, había conseguido lo que se proponía! 
 El 21 de agosto de 1614, uno de los carceleros fue a echar un vistazo y la vio caida en el suelo, boca abajo. La Condesa Elizabeth Bathory estaba muerta. Pretendieron enterrarla en la iglesia de Čachtice, pero los habitantes locales decidieron que era una aberración que la "Señora Infame" se quedara en su pueblo, ¡y encima en tierra sagrada! Finalmente, y como era "uno de los últimos descendientes de la línea Ecsed de la familia Batory" la llevaron a enterrar al pueblo de Ecsed, en el noreste de Hungría, el lugar de procedencia de la poderosa familia. Todos sus documentos fueron sellados durante más de un siglo, y se prohibió hablar de ella en todo el país.
 Dos años después, las hijas y el hijo de Isabel fueron finalmente acusados de traición por el apoyo de su madre a la guerra contra los alemanes; Anna Báthory, una prima de la condesa, llegó a sufrir tortura por este motivo en 1618, cuando contaba 24 años, pero sobrevivió. Finalmente la mayor parte de la familia Báthory-Nádasny huyó a Polonia; algunos retornaron después de 1640. Un nieto sería ejecutado en 1671 por oponerse al Emperador Alemán.
 Con el paso de los siglos, Elizabeth Bathory se ha convertido en un mito fascinante y terrible, perfectamente actual, en unas sociedades donde la cultura de la imagen, el dinero y el poder parecen predominar sobre cualquier otro valor. ¿O acaso alguien duda de que una Elizabeth Bathory sería posible en nuestros días?
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